CONCEPTO

“Mis obras son metáforas de universos ignorados, copias de morfologías que solo veo yo. Lo que me ha interesado son los conceptos, la idea de algo que no tiene porqué tener nombre. A veces, no sé explicar lo que hago. Ignoro lo que construyo. Sí sé que una fuerza imprecisa me ha empujado desde la infancia en esta dirección. Pasado el tiempo es cuando encuentro alguna explicación tentativa a lo realizado. Reproduzco el alfabeto de un lenguaje que nunca se termina de aprender. Puede parecer raro, pero es lo que siento y por eso lo escribo. No sé si soy un forjador o un herrero. No me importan los nombres ni de las obras ni como se me denomine.”

“En el taller me sentía libre. Como si volara por encima de las necesidades diarias, de mis frustraciones, de mis desilusiones. Me esforzaba por dominar el hierro. El hierro, a su vez, me domaba y me servía de acicate para moldear mi carácter. Mi ánimo subía o bajaba en función de cómo me iba en el taller. En ocasiones sentía como si me hubiera tomado un cóctel de líneas y huecos y luces; en otras, me hundía, me desesperaba. Me he visto como el creador de existencias nuevas, de obras diferentes. Me entusiasmaba coger aquellas planchas de hierro y darles sentido. Aprendía que los materiales disponen de su propia personalidad. Tienen leyes que no se pueden violentar, porque si lo intentas no consigues nada. Se convierte en una lucha estéril entre la materia y tú».

“Me aburre la palabrería que se organiza en torno al arte contemporáneo. Me muevo por sensaciones naturales. Y por lo que he comprobado, mis obras convencen. No son artificiales. Son espontáneas. Por eso han sido premiadas. Los jurados valoraban la objetividad de la obra presentada, sin composturas ni retórica”

“De vuelta a Toledo tuve una idea clara: la pintura no era lo mío. Un impulso que nunca he sabido describir, me empujaba en otra dirección. Y a grandes saltos diré que se concretó cuando vi la película “2001, una odisea del espacio. Allí se encontraba todo. La clave del universo. En aquel monolito que conectaba el mundo en el que vivíamos con el
universo de las estrellas. La pieza, en una secuencia que me alucinaría, reunía el secreto de todas las existencias. O al menos de la mía….

Por la influencia de Kubrick, en mi obra abundan las piezas de un solo cuerpo. Un “monolito”, anclado en el presente, pero apuntando a las estrellas, que pudiera representar el tótem de una tribu imaginaria para la que yo elaboraba piezas que la propia tribu no entendía.

“La honestidad con la que me he planteado la vida es lo que expresan las esculturas. No he querido engañarme. He pretendido ser honesto conmigo mismo y hablar con el esfuerzo de mi trabajo.  Aprendí vivir con con tu dignidad y que lo demás son componendas que nunca he querido ni para mi obra ni para mi vida”.

MANUEL FUENTES - ESCULTOR