COMISARIADO

Manuel Fuentes, con su obra, nos hace adentrarnos en ese mundo de Gigantes y Quimeras, sobre el que el escultor construía su propia realidad artística para dar paso al más puro y sincero arte. Un proceso creativo que parte de un intimismo inspirador y que acaba con la perfecta materialización de la obra, como si de engranajes se trataran, encajando unos con otros hasta alcanzar un acople perfecto que culmina en la obra. Los recuerdos y asociaciones sensitivas, plantean al espectador una lógica narrativa como soporte del lenguaje escultórico.
Un contexto que se enriquece con ingeniosas maniobras artísticas y que van conformando una perspectiva diferente del mundo escultórico de Manuel Fuentes, entendiéndose espacio y tiempo como soporte conceptual de toda su obra. El autor se sentía en plenitud creando obras de gran formato, pero no por ellos carecen de menos valor sus esculturas de pequeñas dimensiones, ya que nos hacen replantearnos la lógica imaginaria del artista, a través de un cambio de orden procedimental.
El taller cobra protagonismo convirtiéndose en portal narrador de creación. Una impresión de la realidad que conlleva una delimitación entre el exterior y ese mundo privado. El proceso creativo adquiere su máxima importancia a través de las maquetas y moldes, de los que partía el artista para producir su obra. Un estudio metódico que nos ayuda a comprender un poco más el inicio, nudo, desarrollo y fin de la obra como si de una novela se tratara. Los materiales cuentan con su propio lenguaje, la textura del hierro se funde con las partículas del óxido, que impulsadas por pequeños rayos de luz se dejan entrever por los escondrijos de una construcción arquitectónica perfecta. La atmósfera bucólica se ve irrumpido por el peso de las líneas y la rotundidad escultórica dialoga con la simplicidad más minimalista.

En definitiva, la obra de Manuel Fuentes, nos invita a adentrarnos en un viaje introspectivo, generando una atmósfera en la que el espectador se hace partícipe de la obra, penetrando en la intimidad del artista hasta desnudarlo, llevándonos hacia una clara reflexión sobre la fragilidad emocional de cada individuo, y la importancia de las ideas.

“Hemos querido plantear un formato expositivo diferente. Sin títulos, ni flechas que condicionen al espectador. El descubrimiento y la libre interpretación del espectador son dos pilares fundamentales para entender esta exposición».

LAURA FUENTES -COMISARIA